Encargado por una joven pareja, este proyecto de renovación devuelve la vida a una casa victoriana tradicional que durante mucho tiempo había sufrido de una falta de luz natural. Tratando la luz tanto como el problema como la solución, el diseño la reinterpreta como un material tangible que moldea la experiencia espacial.
Casa en Wandsworth
A través de la cuidadosa adición y sustracción de volúmenes, el proyecto transforma la planta baja en una luminosa sala de estar de planta abierta, articulada por un pasillo central que actúa como el tejido conectivo de la vivienda. Este pasillo no solo establece una relación fluida entre la entrada, la sala de estar y el jardín trasero, sino que también alberga de manera discreta un baño, zona de servicio y el acceso al sótano
Este pasillo no solo establece una relación fluida entre la entrada, la sala de estar y el jardín trasero, sino que también alberga de manera discreta un baño, zona de servicio y el acceso al sótano.
La sala de estar está definida por dos bancos escultóricos integrados que delimitan la zona del comedor, combinando funcionalidad y arte. Estos elementos están acabados con una paleta de materiales cálidos y táctiles que se extiende por toda la casa, creando una atmósfera cohesionada y acogedora.
Una escalera revestida en roble, equipada con iluminación activada por movimiento, asciende a los niveles superiores, conectando así la planta baja con cinco dormitorios, y donde cada planta cuenta al menos con un baño.
La calidez material y los detalles cuidadosamente pensados de la escalera crean una transición fluida entre las zonas públicas y privadas del hogar.
Al clarificar la distribución, el diseño enmarca momentos de intimidad y significado, permitiendo que las ocasiones cotidianas se sientan especiales. El resultado es un hogar que equilibra apertura con privacidad, luz con sombra, y tradición con modernidad: una reinterpretación reflexiva de la vida victoriana adaptada a la contemporaneidad.
